
Cada vez más el pádel se practica desde más temprano. Existen numerosos ejemplos cada semana en las canchas de muchos clubes donde se realizan competiciones de menores. Allí, hay técnicos, apasionados por el pádel, “curiosos”, responsables organizativos y de la federación… ah, y también padres y madres de los/as padelistas, claro.
En un fin de semana, los jóvenes de distintas edades tienen la opción de practicar este apasionante deporte compartiendo experiencia con otros padelistas, en un entorno competitivo y con el acompañamiento de personas relevantes para ellos. Y no sólo eso; para llegar a este tipo de competiciones es necesario entrenar, aprender y “estar suficientemente preparado” para “dar la talla”. Experiencias que viven estos jóvenes deportistas. ¿Son buenas para ellos/as?
¿Es bueno que estos niños y jóvenes se enfrenten a una competición (y todo lo que conlleva), con la “supervisión” de padres y entrenadores, con el premio del éxito pero también la decepción de la derrota? Obviamente, si esa competición ofrece alternativas saludables que fortalecen y fomentan el adecuado desarrollo deportivo y personal de los jóvenes jugadores SI. En cambio, si perjudican el desarrollo de niños y jóvenes…
Cada experiencia, cada actividad que realizan los niños y jóvenes es una gran oportunidad para hacerlos más fuertes. Por ejemplo:
- Los jugadores se enfrentan a situaciones de éxito y de fracaso muchas veces durante el juego.
- En mayor o menor medida se sienten (o pueden sentirse) evaluados ante un público (entrenadores, padres y madres, otros iguales, público en general…) por lo que hacen.
- Se relacionan con otros, con los que, además, compiten. Incluso surgen amistades importantes que duran toda la vida.
- Comparten momentos en familia, con padres, madres, hernanos, otros familiares…
- Prueban gestos, aspectos tácticos, técnicos… en situaciones de cierta exigencia para ellos.
- Pasan por momentos buenos y otros no tan buenos.
- Experimentan emociones intensas de distintos tipos.
- Se plantean objetivos y/o retos de diversas maneras.
- …
Y todos esos momentos están ahí. Cómo gestionen estas situaciones es una manera de aprender a enfrentarse a estos en diversas situaciones del deporte y de la vida cotidiana. Cómo afronten esas experiencias pueden beneficiar y mucho a los niños y jóvenes que practican el pádel. Pero también, pueden incluso perjudicar seriamente el desarrollo psicológico de estos padelistas de categorías menores.
El papel de los entrenadores aquí es fundamental. El tipo de mensajes. El valor que le den a la competición, el clima de trabajo, las enseñanzas (a todos los niveles) que generan…
También los organizadores a todos los niveles, ajustando la actividad al máximo posible para beneficiar a los practicantes.
Y qué decir de los padres y las madres. Su papel es fundamental en el deporte de sus hijos. En demasiadas ocasiones esta función se considera que “excede los límites” y perjudica a los hijos. Sobre esto hay mucho que hablar (ya desarrollamos este tema hace un tiempo con el libro “Los padres son importantes… para que sus hijos hagan deporte”) y seguiremos hablando sobre ello más adelante. Lo que es obvio es que tienen un importantisimo papel en el deporte de sus hijos.
David Peris Delcampo, 1 de febrero de 2013
PD: Por cierto, agradecemos la colaboración del equipo Jubelama de Castellón de pádel de menores que nos ha permitido ilustrar esta entrada de blog con la foto de algunos integrantes del mismo.